Muchos dirían que el finde que está terminando acá en Buenos Aires fue horrible, pero hay algo particularmente hermoso de los días de tormenta que me encantan. Se prestan para quedarse en casa a mirar una buena serie o, en mi caso, leer un buen libro. El viernes pasado por la noche terminé el segundo libro de la trilogía de Miss Peregrine, Hollow City, y justo al final, en la última página del último capítulo, un pasaje me llamó mucho la atención y me dejó pensando durante todo el fin de semana (no se preocupen, NO es un spoiler).
Me sentí inmediatamente identificada, y estoy segura de que muchas personas más también se sintieron de la misma forma. No es novedad que cuando hacemos algo fuera de lo que la sociedad considera normal, nuestros padres, familiares o amigos se preocupen y les genere cierto miedo que estemos haciendo algo mal/estemos yendo por mal camino. Creo que es natural hasta para mí que siempre digo que estoy cortada por un molde diferente. Lo nuevo y diferente generan miedo, porque te obliga a salir de tu zona de confort, pero no por eso significa que este mal o debamos evitarlo.
Me hubiera gustado leer un pasaje así de adolescente. Me hubiera servido para darme cuenta que en vez de ponerme a explicarle a los demás por qué soy como soy, más bien puedo decir: “gracias por tu preocupación, pero no hay nada malo acerca de mí, sólo soy peculiar” 😉
Yo creo que hay belleza en la lluvia ,, en el sol, en todo! Solo hay que saber encontrarla!
Tal cual, estoy de acuerdo ♥.