Si no son de esas personas que me siguen hace más de 5 años, probablemente no sepan que entre los 13 y 18 años me vestí casi exclusivamente con la moda “lolita”, una subcultura originaria de Japón con una marcada estética inspirada en los estilos victoriano y rococó. Se caracteriza por el volumen en las faldas y la extravagancia, los moños y los volados, y una marcada silueta de linea A. Dentro del estilo existen varios sub-estilos, como el gothic lolita, sweet lolita, classic lolita y punk lolita (entre otros).

Cuando yo arranco a sentirme interesada por esta moda, acá en Argentina (mi país natal y donde sigo viviendo) no había mucha info circulando, y menos ropa de ese estilo. Todo lo que necesitaba saber acerca del estilo lo descubrí traduciendo páginas desde el Inlgés con Google Translate, y mi colección de ropa la fui construyendo de a poco con mis propias manos, sumando de vez en cuando alguna que otra blusa que encontraba por ahí y “podía servirme” para estar más cerca de la estética. No fue sino unos cuantos años después que en mi país las marcas empezaron a vender prendas que fácilmente podía adaptar al estilo Lolita, pero para ese entonces ya había dejado de usarlo.

Muchas de las prendas que van a ver a continuación todavía las conservo, algunas otras las he transformado y otras simplemente ya no existen. Acompáñenme a apreciar todos estos pequeños tesoros dignos de ser mencionados ♥

(Pssst! Si quieren y tienen ganas pueden ver el video que hice al respecto hace unos días. Advertencia: dura 25 minutos :P).


Faldas

Esta fue la primera falda que hice con la ayuda de una amiga. Está fruncida a mano y cosida a máquina. El moño de la cintura puede sacarse (???).

Mi segunda falda sigue estando fruncida a mano, ¡pero en esta ocasión pude a hacerla yo sola! Por alguna razón esta siempre fue la favorita de la gente; quizá por el estampado que parece de cortina 😛 de todos modos, también es personalmente mi favorita ♥

Esta falda ya no existe; es una de las tantas que transformé en vestido. ¿El problema con esta prenda? La tela era demasiado fina para no ponerle una entretela a la cintura, y quedaba MUY rara puesta. Sigue estando fruncida a mano.

Esta falda no solo ya no existe, sino que tampoco la transformé en vestido. La tela era de muuuuy muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuy mala calidad (si, así de mala): se deshilachaba demasiado y el cierre en el lateral había quedado MUY desprolijo. De todos modos la usé muchísimo porque era mi única falda negra.

Ay lo que me duele ver esta falda… a esta altura ya fruncia a máquina, pero en este caso lo que me terminó pasando es que el vestido en el que transformé esta falda ¡no me entró nunca más! Quizá ahora me entraría, pero 5 años atrás mi cuerpo era bastante diferente al de ahora.

Esta falda tiene bastante historia, porque está construída con lo que con algunas amigas de ese entonces llamamos “la puntilla de dios” ? Era una puntilla que compré en un mercado de pulgas de San Telmo a un precio ridículo. La falda era hermosa pero MUY pesada, así que terminé desarmándola para usar toda esa puntilla en otros proyectos.

De los 3 petticoats (enaguas) que tenía solo me queda uno, el del medio. El de la derecha (tul) claramente murió a los pocos meses de uso ? y el de la izquierda era originalmente una enagua antigua que me había hecho mi abuela para cuando bailaba folclore (!!!). ¡Se terminó rasgando de lo viejita que estaba la tela!

Aquí les presento a mi primer vestido JSK: una locura de frunces, volados y alforzas. Era la primera vez que hacía la parte supierior de lo que sea y todo lo había copiado de una revista de corte y confección. ¡Este es sin lugar a dudas mi vestido favorito!

Esta fue la primera falda devenida en vestido. También fue el primer vestido al que le hice mangas. Es uno de los más prolijos que tengo (probablemente porque fue uno de mis últimos proyectos).

¿Recuerdan la falda de más arriba? Acá está transformada en vestido. Hoy por hoy me queda un poco grande, pero como en la parte trasera tiene lazos para ajustar, aún puedo seguir usándolo.

Toca sufrir de nuevo al ver esta hermosura que dejé ir 🙁 El gran problema de este vestido, era que en realidad la tela era muy de invierno y el modelo muy de verano ? ¡nunca podía usarlo!

Esta joyita ya no la conservo, pero fue un hermoso trabajo de facultad ♥ Si no me equivoco, lo hice para alguna de las 3 materias de Historia de la Moda.

Antes que nada pido disculpas por lo horrendo de la foto hahaha 😛 Es que la foto original de ese entonces era un verdadero desastre: un vestido blanco de flores sacado con fondo de acolchado blanco de flores (???). ¡Este vestido es el más prolijo de todos! Lo hice para Moldería I en la facultad y claramente se sacó un 10 😉

Este vestido sufrió una pequeña alteración un par de años más tarde donde le saqué las mangas. ¡Era hermoso! Pero muy poco práctico, porque a la hora de intentar ponerse algo encima para abrigarse las mangas se interponían en el camino. La gabardina con la que está hecho este vestido es de excelentísima calidad, y la puntilla la teñí yo misma con anilina negra. También era mi primera vez aplicando un cierre en la espalda (anteriormente todos los colocaba en los laterales, en la unión de la prenda).

Este vestido también lo hice para la facultad, específicamente para Historia del Siglo XX. Tenía una sobrefalda de gasa y cuello peterpan, ambas cosas nunca antes las había hecho. Este vestido ya no lo conservo 🙁

En esta foto hay un 2×1 😛 Por un lado la blusa, que fue la primera que hice (y que si se fijan bien se van a dar cuenta que tiene parte de “la puntilla de dios”), y por otro el vestido que es de cuestionable calidad ? y les voy a decir por qué: primero y principal porque era para la materia Tintorería y la consigna del trabajo final era presentar un prototipo que mezclara telas intervenidas con colorantes naturales y telas sublimadas. En mi caso lo único que pude conseguir en ese momento fue una tela brillosa. Horrible, lo sé, pero bueno… la desesperación del estudiante de moda (?!?!). Tanto la puntilla de algodón como los recortes laterales fueron teñidos con té o café (no recuerdo bien). Este vestido ya no lo conservo.

Mis ojos lloran por este vestido que NO PUEDO ENCONTRAR. No se dond eestá y me duele pensar que tal vez lo haya donado o regalado. Es muy sencillo en su construcción pero miren el estampado par favaaar~~~

Este vestido fue el último que hice antes de abandonar la moda Lolita para siempre. Al día de la fecha es el vestido del que más orgullosa estoy porque el fit es espectacular y la atención al detalle fue suprema en cada momento del proceso. El vestido no solo se ve bonito por fuera, ¡sino que esta super prolijo por dentro! Lo cual no es poco porque suelo ser bastante desmadrada con los detalles que no se ven ? Lo único que ha cambiado de este vestido, es que le quité el lazo de la cintura que, en mi opinión, no se veía muy bien.

Blusas

No hice muchas prendas superiores durante mi etapa vistiendo Lolita, pero sí me aseguré de aunque sea tener una blusa blanca (que ya les mostré más arriba) y una negra. Esta blusa formó parte de mi proyecto final en Moldería II y lamento decirles que ya no la conservo. Me deshice hace ya unos años porque no me quedaba — hoy probablemente tampoco me quedaría por el aumento de musculatura en brazos 😛

No exactamente una blusa, pero sí un accesorio que usaba bastante: un datchable jabot. Como las blusas que solía encontrar en Buenos Aires tenían todas cuello mao, me dediqué a crear algunos cuellos que podía poner encima como este jabot blanco. También tenía otro estilo peterpan que vete tú a saber dónde está ?

Accesorios

Entre los accesorios cuento piezas para la cabeza, sombreros y medias.

Entre los accesorios más importantes dentro de la estética Lolita estaban los bonnets. Primero hice el de la izquierda con varias capas de entretela y luego el segundo, forrando un sombrero de paja con terciopelo y aplicándole puntillas a mano (¡siiii, es “la puntilla de dios”!). El primero ya no lo conservo.

En los primeros años del Lolita, lo que más estuvo de moda como accesorio para la cabeza fueron los “headdresses rectangulares”, sí, los que hoy vemos y pensamos que parecen toallitas femeninas o barbijos ?

Por suerte (?), más tarde fueron un poco desplazados por los “headbows” que variaban en tamaño, desde pequeños (como los míos) hasta masivamente grandes.

De más está decir que era muy raro encontrar medias con puntilla allá por el 2000 para gente adulta 😛 Así que media 3/4 y bucanera que veía, media que compraba y le aplicaba puntilla (gracias Todo Moda por tanto, ¡fuiste la primera marca Argentina en comercializar masivamente bucaneras!).

Cómo me vestía

Todas las fotos que van a ver ahora son de looks que armé con mucho amor. Intentaba lo más posible acercarme a la estética al 100%, pero creo que nunca lo conseguí (si, lo sé, soy muy exigente conmigo misma). ¡Lo importante de todos modos era que yo me sentía muy feliz con los resultados!

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No puedo con la desprolijidad de mi pelo en esta foto ?
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Al día de hoy me sigue dando bronca que la amiga que me sacó esta foto no se dio cuenta que tenía el cuellito desatado ?
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Lo siento por lo naranja de la foto ? ¡este fue mi primer atuendo lolita oficial! La falda la había conseguido en Como Quieres
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