Los libros sirven de excelente apoyo para sacar fotos, ¿no les parece? Siempre se aconseja tener algún elemento en plan “prop” para hacer las fotos más naturales y que posar resulte más sencillo, y yo siempre me encuentro tomando un libro cada vez que no se qué usar.
Pero más allá de esto, los libros siempre fueron una parte muy importante en mi vida. Creo haberles contado hace ya un tiempo que fue mi abuela quien me inculcó el hábito de la lectura. Tengo recuerdos de ella sentada en el borde de la cama leyéndome algún libro ilustrado. Curiosamente, recuerdo muy bien uno de Hansel & Gretel ¡y es más! Hasta recuerdo cómo olía.
(De más está decir que ni bien termine de escribir el borrador de este posteo voy a salir a buscarlo porque se que está por ahí guardado.).

De adolescente, fue la saga de Harry Potter la primera que agarré con muchas ganas. Me acuerdo que mi mamá me los compraba e intentaba (en vano, sin éxito) que el libro “me durara”, ¡porque me los comía! No dejaba títere sin cabeza en esa época. Recuerdo haber leído también la saga de Crepúsculo y luego otros libros sueltos aquí y por allá, con los cuales estoy empezando a reecontrarme durante esta cuarentena. Recientemente terminé de leer el primer libro de la saga de “Fantasville”: La Senda Secreta. ¡Imagínense mi sorpresa al enterarme que es una saga que tiene 24 libros! Toy en chock!!!


Esta primera entrega de Fantasville trata la historia de Adam, quien se muda a la pequeña ciudad de Springville, aunque todos los niños (y algunos adultos) insisten en llamarla “Fantasville” por los extraños sucesos que ocurren a toda hora del día. Allí Adam conoce tanto a Sally como a Watch, con quienes encarará la aterradora aventura de buscar La Senda Secreta, una supuesta puerta hacia otro mundo, otra dimensión.
La historia es super sencilla. El libro apenas tiene 144 páginas y me lo devoré en 1 día. Y si bien es fácil de leer, lo que me atrajo del libro cuando era adolescente (y lo que sigue atrayéndome de grande) es que la historia tiene un giro muy original teniendo en cuenta que el género de terror y brujas está ya bastante explorado en la literatura juvenil. Capítulo a capítulo te atrapa y hasta te llega a dar un poquito de ansiedad en partes donde sabés que algo va a pasar pero no sabés cuándo exactamente. Llega a dar miedo — me acuerdo que de pequeña me imaginaba toda esta historia sucediendo en la misma cuadra donde vive mi madre, lo que le daba un toque de realismo a toda la lectura.
Esta clase de libros era la que necesitaba para salir del “bloqueo de lectora” en el que me encontraba desde el inicio de la cuarentena. ¡Ahora no puedo esperar a leer más de esta saga!








